La Región Demarcada del Duero se extiende a lo largo del río Duero y sus afluentes sobre una superficie de unas 250.000 hectáreas entre Barqueiros y Barca d'Alva. Esta región tiene su origen en la delimitación territorial de 1756, fecha de la primera demarcación de los 'Viñedos del Alto Duero', que definió el primer modelo institucional de organización de una región vitivinícola a nivel mundial.
La producción de vino en este territorio es una lección de la capacidad y determinación del hombre para optimizar los recursos naturales. Los viñedos se construyeron en un territorio marcado por fuertes pendientes y la casi inexistencia de tierra y agua. Los viñedos que cubren las grandes laderas se elevan desde el río Duero y forman una inmensa escalera de terrazas y terrazas que son el trabajo humano más admirable que se puede ver en Portugal. La monumentalidad del paisaje de la Región Vitivinícola del Alto Duero tiene un valor universal reconocido, siendo Patrimonio de la Humanidad (UNESCO 2001).
Para algunos, Amarante es una de las ciudades más "románticas" de Portugal. Se destaca a orillas del río Tâmega con su entorno - Puente Medieval, Iglesia/Monasterio de S. Gonçalo y Centro Histórico - y destaca por la belleza de sus contornos medievales, clásicos y barrocos.
La ciudad, que actualmente alberga alrededor de 50.000 habitantes y que mantiene la agricultura como principal actividad económica, limita al este la zona de producción de Vinhos Verdes, enfrentándose inmediatamente al inicio de la Región Vitivinícola del Duero. Es una región con suelo granítico y temperaturas ligeramente más elevadas, lo que favorece una mejor maduración de la uva, dando como resultado un producto final más diferenciado.
Históricamente, la ciudad está estrechamente relacionada con la peregrinación/devoción a S. Gonçalo (santo "casamentero" de los ancianos), y con el puente junto al monasterio, donde a principios del siglo XIX alrededor de 4000 tropas defendieron e impidieron la Prolongación de las invasiones francesas durante 14 días, sin impedir, sin embargo, la destrucción casi total de la ciudad de la otra orilla...